Corre a 250 KM/H en el TC2000, pero se va a casa en bici porque a los 16, aún no tiene registro
Jorge Barrio es un chico de 16 años que en la pista de automovilismo corre como el más experimentado. Es que Jorgito, la aparición más importante del automovilismo argentino en los últimos dos años, es por definición un adolescente.
El 13 de febrero de 2021 Jorgito fue tercero en la final de la Fórmula Renault 2.0 disputada en el Autódromo de Buenos Aires y se consagró campeón. Treinta y dos días después debutó como piloto en el TC2000, a bordo del Renault Fluence del equipo de Marcelo Ambrogio, y ganó (sí, debutó y ganó) en el autódromo Oscar y Juan Gálvez. Él, que acelera desde los cinco años, es hoy la gran promesa del automovilismo. Y todo por un capricho...
¿Cómo te llevás con esta valoración, la de ser el emergente más destacado?
-A mí no me gusta elogiarme, prefiero que la gente tenga su opinión sobre mí así sea constructiva, buena o mala, yo simplemente me dedico a hacer lo que me gusta y si lo puedo hacer bien, mejor.
¿Cuál es el punto cero de tu historia como piloto?
-Mi viejo en su momento llegó a correr en una categoría zonal en 128 (”Participé”, dice Jorge por detrás) Bueno, dice mi papá que él participaba, no corría (se ríe) Él siempre estuvo relacionado al tema del automovilismo, le gustaba mirar carreras y bueno, nací yo y me empezaron a gustar a mí también. Un día mi vieja me llevó a unos kartings que había en la zona y ahí me gustó, eso fue a los cinco años. Y a los 6, como regalo de cumpleaños, me hicieron mi primer karting así que con ese primer karting me empecé a entrenar en el kartódromo de Mar del Plata, que era el más cercano, y así empecé a dar vueltas.
¿Tenés registro de la sensación de subirte a ese primer karting?
No me acuerdo de sensaciones pero sí de lo que pasó: vos tenías que comprar tu turno, como en todos los kartings de alquiler, y el turno duraba 15 minutos. Yo ya iba por el tercer turno y mi viejo me decía “bueno, basta, nos vamos, ya está”, pero en la pista había otras personas girando. Yo corría contra ellos, era mi primera vez y entre todos me pagaron un turno más porque mi viejo no quería y así seguí corriendo.
Ganaste por capricho, entonces...
-Sí, en esa la re pegué porque yo bueno, imagínate, era un pibe de cinco años todo encaprichado que me quería quedar, estaba muy ilusionado y mi papá ya estaba aburrido pero llegó esta gente y me pagaron el turno para seguir corriendo. Eso fue muy lindo.
¿Cómo es la cotidianeidad de un piloto profesional de 16 años?
-Le doy prioridad a la parte física, el gimnasio sin dudas que es una de las partes más importantes. Estoy yendo seguido a la tarde porque a la mañana voy al colegio. Durante los veranos a la mañana trabajo en la ferretería de mi viejo en Pinamar (Ferretería Jorgito) y nada, todos los días más o menos iguales: colegio a la mañana, gimnasio, trabajar en la ferretería y a la tarde me gusta estar en la pileta o tener otra actividad extra curricular. Hasta hace poco hice inglés en un instituto, ya me recibí, obtuve el First Certificate y ya después dejé.
¿Cómo fue el proceso que te trajo hasta acá?
-Fue largo. Conocí a mucha gente pero en general siempre compartí experiencias con muy poquitas personas. Siempre tuve los mismos mecánicos, el mismo equipo, tengo el mismo mecánico desde que empecé a correr, a los 8 años, y estuve con él hasta que pegué el salto a la Fórmula Renault, a los 16. La realidad es que de entrada caí bien, pude obtener resultados me sentí cómodo, avancé en categorías, corrí en karting en Brasil y en Europa, y después de eso pasé a la Fórmula Renault, donde estuve un año, y de ahí al TC2000.
Y todo sin tener registro de conducir...
-Yo por capacidades podría conducir pero la realidad es que no puedo porque me lo impide la ley. A mí manejar me parece lo más normal porque lo hago todo el tiempo por mi carrera deportiva, ya estoy subido a un auto con techo y ya desarrollo ciertas velocidades pero la calle es otra cosa y la ley indica que es a partir de los 17 y con emancipación que las personas pueden sacar su registro. Y me parece totalmente correcto.
¿Cómo te llevás con esta valoración, la de ser el emergente más destacado?
-A mí no me gusta elogiarme, prefiero que la gente tenga su opinión sobre mí así sea constructiva, buena o mala, yo simplemente me dedico a hacer lo que me gusta y si lo puedo hacer bien, mejor.
¿Cuál es el punto cero de tu historia como piloto?
-Mi viejo en su momento llegó a correr en una categoría zonal en 128 (”Participé”, dice Jorge por detrás) Bueno, dice mi papá que él participaba, no corría (se ríe) Él siempre estuvo relacionado al tema del automovilismo, le gustaba mirar carreras y bueno, nací yo y me empezaron a gustar a mí también. Un día mi vieja me llevó a unos kartings que había en la zona y ahí me gustó, eso fue a los cinco años. Y a los 6, como regalo de cumpleaños, me hicieron mi primer karting así que con ese primer karting me empecé a entrenar en el kartódromo de Mar del Plata, que era el más cercano, y así empecé a dar vueltas.
¿Tenés registro de la sensación de subirte a ese primer karting?
No me acuerdo de sensaciones pero sí de lo que pasó: vos tenías que comprar tu turno, como en todos los kartings de alquiler, y el turno duraba 15 minutos. Yo ya iba por el tercer turno y mi viejo me decía “bueno, basta, nos vamos, ya está”, pero en la pista había otras personas girando. Yo corría contra ellos, era mi primera vez y entre todos me pagaron un turno más porque mi viejo no quería y así seguí corriendo.
Ganaste por capricho, entonces...
-Sí, en esa la re pegué porque yo bueno, imagínate, era un pibe de cinco años todo encaprichado que me quería quedar, estaba muy ilusionado y mi papá ya estaba aburrido pero llegó esta gente y me pagaron el turno para seguir corriendo. Eso fue muy lindo.
¿Cómo es la cotidianeidad de un piloto profesional de 16 años?
-Le doy prioridad a la parte física, el gimnasio sin dudas que es una de las partes más importantes. Estoy yendo seguido a la tarde porque a la mañana voy al colegio. Durante los veranos a la mañana trabajo en la ferretería de mi viejo en Pinamar (Ferretería Jorgito) y nada, todos los días más o menos iguales: colegio a la mañana, gimnasio, trabajar en la ferretería y a la tarde me gusta estar en la pileta o tener otra actividad extra curricular. Hasta hace poco hice inglés en un instituto, ya me recibí, obtuve el First Certificate y ya después dejé.
¿Cómo fue el proceso que te trajo hasta acá?
-Fue largo. Conocí a mucha gente pero en general siempre compartí experiencias con muy poquitas personas. Siempre tuve los mismos mecánicos, el mismo equipo, tengo el mismo mecánico desde que empecé a correr, a los 8 años, y estuve con él hasta que pegué el salto a la Fórmula Renault, a los 16. La realidad es que de entrada caí bien, pude obtener resultados me sentí cómodo, avancé en categorías, corrí en karting en Brasil y en Europa, y después de eso pasé a la Fórmula Renault, donde estuve un año, y de ahí al TC2000.
Y todo sin tener registro de conducir...
-Yo por capacidades podría conducir pero la realidad es que no puedo porque me lo impide la ley. A mí manejar me parece lo más normal porque lo hago todo el tiempo por mi carrera deportiva, ya estoy subido a un auto con techo y ya desarrollo ciertas velocidades pero la calle es otra cosa y la ley indica que es a partir de los 17 y con emancipación que las personas pueden sacar su registro. Y me parece totalmente correcto.
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