Fertilizantes y abonos orgánicos para plantas
Estos son algunos de los abonos orgánicos caseros para plantas más recomendados por sus beneficios para la tierra y los cultivos y, también, por su facilidad de obtención y aplicación:
Estiércol
Es sin duda uno de los mejores y más beneficiosos fertilizantes orgánicos para el suelo. Aunque puede comprarse en tiendas de jardinería, si tienes gallinas, cabras o conejos, puedes utilizar sus excrementos. Los excrementos de conejo son los que poseen un mayor contenido en nitrógeno y pueden añadirse directamente al suelo, pero los de otros animales, deben pasar por un proceso de compostaje anterior.
Cáscaras de banana
Las bananas poseen un alto contenido en potasio, que es muy beneficioso como nutriente para nuestras plantas, por ejemplo, es muy beneficioso para la floración. Después de comernos la fruta, podemos utilizar su cáscara para hacer abono casero.
Cáscaras de huevo
Son muy beneficiosas en el jardín, pues aportan nutrientes como el carbonato cálcico y sirven como repelente de plaga. Lo ideal es triturar bien las cáscaras para añadirlas a nuestro abono casero, aunque también se puede hacer con ellas un polvo y extenderlo bien por la base de nuestras plantas.
Los restos del café
Tras tomarnos una taza de café, podemos aprovechar los restos de café para fabricar abono para nuestras plantas, ya que aportan una buena cantidad de nitrógeno, muy beneficioso como nutriente. También se pueden mezclar directamente en el suelo o ser extendidos en su superficie.
Tras tomarnos una taza de café, podemos aprovechar los restos de café para fabricar abono para nuestras plantas, ya que aportan una buena cantidad de nitrógeno, muy beneficioso como nutriente. También se pueden mezclar directamente en el suelo o ser extendidos en su superficie.
Orina humana
La urea de la orina posee un contenido muy elevado en nitrógeno, fósforo y potasio. La orina es un producto estéril siempre y cuando el cuerpo que lo produce esté saludable. Se puede disolver en agua a una proporción 1:8 y añadir a nuestro abono casero.
Restos de poda
Una vez cortado el césped o las malas hierbas, pueden ser añadidos a nuestro abono orgánico, ya que son restos muy ricos en nitrógeno y conservan algunos de los nutrientes que han absorbido del mismo suelo sobre el que han crecido.
Una vez cortado el césped o las malas hierbas, pueden ser añadidos a nuestro abono orgánico, ya que son restos muy ricos en nitrógeno y conservan algunos de los nutrientes que han absorbido del mismo suelo sobre el que han crecido.
Ceniza
Las cenizas aportan grandes cantidades de potasio y carbonato cálcico, ideal para fabricar nuestro abono casero. Es importante no aplicarlas directamente alrededor de plantas acidófilas o si el suelo es alcalino.
Vinagre
El ácido acético del vinagre es muy bueno para las plantas que requieren de suelos ácidos. Se puede, incluso, disolver el vinagre en agua y regar directamente las plantas de este tipo.
El ácido acético del vinagre es muy bueno para las plantas que requieren de suelos ácidos. Se puede, incluso, disolver el vinagre en agua y regar directamente las plantas de este tipo.
Humus de lombriz
El humus de lombriz es uno de los mejores abonos orgánicos, totalmente natural y efectivo para mejorar la salud de las plantas, para que crezcan sanas y florezcan o den frutos. Lo cierto es que el humus como tal y con su composición más adecuada solo se consigue en los suelos de los bosques, producido de forma natural por las lombrices que habitan en la tierra.
El humus de lombriz es uno de los mejores abonos orgánicos, totalmente natural y efectivo para mejorar la salud de las plantas, para que crezcan sanas y florezcan o den frutos. Lo cierto es que el humus como tal y con su composición más adecuada solo se consigue en los suelos de los bosques, producido de forma natural por las lombrices que habitan en la tierra.
Lentejas
Los germinados de lentejas son excelentes como abono y enraizante. Si quieres que tus nuevas plantas saquen más raíces y se agarren mejor para crecer sin problemas, no dudes en hacer estos germinados, triturarlos en agua, colar para obtener el líquido y retirar los restos de las lentejas y, finalmente, mezclar una parte del concentrado con diez partes de agua para usar este producto como agua de riego para abonar y enraizar.
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