Los secretos de la historia de amor de los duques de Sussex que desvela su biografía no autorizada
Poco a poco se van conociendo más detalles de la relación del príncipe Enrique y Meghan Markle gracias a los avances que se están publicando de la biografía no autorizada Finding Freedom (Finding freedom (Encontrando la libertad, en inglés), que saldrá a la venta el 11 de agosto. Desde la frialdad con la que Kate Middleton acogió a su ahora cuñada —siempre según la versión de los autores, los corresponsales de la casa real británica Omid Scobie y Carolyn—, hasta el comentario de uno de los miembros más mayores de la familia real, que calificó a la exactriz como “la corista de Enrique”. Además de las dificultades que tuvieron que afrontar cuando todavía ejercían como miembros de la corona británica, el libro desvela detalles de su historia de amor.
La pareja se conoció en una cita a ciegas en el verano de 2016, un dato que ya se conocía. Sin embargo, Scobie y Durand han compartido el testimonio de un amigo del hijo de Carlos de Inglaterra que asegura que este se quedó prendado de Markle nada más verla: “Meghan era la mujer más bella que había visto en su vida”. En aquel primer encuentro organizado por la diseñadora Misha Nonoo en el restaurante Dean Street Townhouse de Soho House en Londres no estuvieron solos, pero ambos se enfrascaron “en su propio pequeño mundo”, según ha indicado el mismo amigo.
Quien tenía más claro desde el principio que quería seguir conociendo al otro era Enrique de Inglaterra, que ya se había fijado en la intérprete gracias a su participación en la serie Suits. Le pidió el número de teléfono y aquella misma noche le escribió varios mensajes de WhatsApp para dejar constancia de que estaba interesado en ella. Los amigos más cercanos del nieto de Isabel II saben que siempre usa emoticonos, especialmente el del fantasma, el cual no dudó en emplear para hablar con Markle. “Sus mensajes suelen ser cortos y están llenos de emojis, en particular el del fantasma, que es el que usa en lugar de la típica cara sonriente”, explican los autores del libro, que añaden que a la actual duquesa de Sussex le hizo gracia aquel gesto: “¿Por qué razón hace esto? Nadie lo sabe. Pero el caso es que Meghan encontró esta costumbre divertida y adorable”. Y accedió a una segunda cita. Un encuentro que llevaron a cabo al día siguiente esta vez a solas.
“Casi de inmediato estuvieron obsesionados el uno con el otro. Era como si Enrique estuviera en trance”, ha explicado una fuente cercana a los periodistas sobre aquellas primeras reuniones. A los pocos días, la actriz siguió la cuenta privada de Instagram de su futuro marido. El nombre era @SpikeyMau5, combinación de su apodo “Spike”, el nombre en clave para los guardaespaldas de Scotland Yard, y uno de sus DJs favoritos, Deadmau5; además tenía de imagen de perfil un casco en forma de ratón. Un nombre parecido al de su perfil de Facebook, Spike Wells, donde decía que era de Botsuana, un lugar que es como un segundo hogar para el príncipe e importante en su relación con Markle. Seis meses después de su primer encuentro viajaron a África en una escapada de cinco días, de la cual habló Enrique de Inglaterra durante el anuncio de su compromiso en 2017: “Traté de convencerla para venir conmigo a Botsuana. Y acampamos juntos bajo las estrellas. Fue absolutamente fantástico. Estábamos realmente solos, lo que fue crucial para mí para asegurarme de que tuviéramos la oportunidad de conocernos”. Incluso el anillo de pedida de la exintérprete contiene un diamante procedente de este país africano.
El libro no solo ha hecho temblar los cimientos del Palacio de Buckingham, sino que tampoco ha agradado a la familia de Markle. Su padre, Thomas Markle, con el que no guarda relación, dijo hace unos días al periódico británico The Sun: ‘‘Amo a Meghan... pero no aprecio en lo que se ha convertido”. Tras leer los extractos del libro que han salido a la luz y que aseguran que su progenitor ignoró los mensajes de Markle antes de su boda con el hijo pequeño de Carlos de Inglaterra, uno de sus hermanastros, Thomas Markle Jr., ha insistido en que su padre “no tuvo noticias de Meghan” antes de su boda con el príncipe Enrique. “Nuestro padre ni siquiera estaba en su casa. Estaba en el hospital y su teléfono estaba apagado. Por eso no respondió, no hay forma de que pudiera haberlo hecho. Nuestro padre la llamó muchas veces antes de la boda, pero fue ignorado. El Palacio le dijo a Meghan y Enrique que enviaran ayuda para mi padre para que él pudiera tratar con la prensa, pero se negaron. La propia Meghan dijo que no”, ha explicado.
“Mentirosa” o “manipuladora” son algunos de los calificativos que la familia de la exactriz ha utilizado en su contra desde que se dio a conocer el compromiso de la pareja primero y su boda después. Markle también ha estado en el centro de la diana de la prensa británica. El último medio que ha hablado sobre las maniobras para mostrar una imagen más idónea de Markle ha sido The Telegraph. Según este periódico, su perfil en Wikipedia fue modificado a finales de octubre de 2016, semanas antes de que se hiciera pública su relación con Enrique de Inglaterra, para ensalzar su labor humanitaria. Además de modelo e intérprete, la duquesa de Sussex pasó a ser también una activista del “ámbito sociopolítico” que ha trabajado con The United Nations Women, un organismo de la Organización de las Naciones Unidas que lucha por la igualdad de género, además de oradora y participante en viajes humanitarios. Unos cambios que fueron efectuados desde una dirección IP vinculada a una empresa de relaciones públicas de Los Ángeles, tal como señala el mismo medio.
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