Cartonero encontró un millón de pesos y los devolvió
A José lo conocen todos en Trenque Lauquen, provincia de Buenos Aires. Si bien lleva poco tiempo en la ciudad, su trajinar con un bicicleta flaca con la que da pelea al viento de agosto es ya una postal de nuestros tiempos. Es un trabajador informal, un cartonero. Recolecta lo que otros tiran, y lo entrega para el reciclado.
Tiene la tonada cordobesa en sus palabras. Es que llegó proveniente de esa provincia, a un trabajo rural en un campo con su padre pero por algún motivo quedó “en banda” como se dice en la jerga popular y golpeó las puertas de Pedro Roig, un dirigente político que además tiene un emprendimiento de reciclado de materiales, entre ellos vidrio y cartón.
Así encontró trabajo. “Le dijimos que no le íbamos a regalar nada, que se iba a ganar su dinero con su trabajo”, dice Roig del otro lado del teléfono a Oeste BA.
José devolvió plata, cheques, euros y dólares que se habían ido por error en una caja de cartón que la empresa puso para que él retirara, como retira todas las semanas. Estaba camuflada en el ala de abajo del cartón, dentro de un sobre, casi imperceptible.
“Con este tema del Covid hacemos un solo envío semanal, y nos había llegado una caja de Chivilcoy con todos los papeles, y abajo del todo, un sobre con 950 mil pesos en cheques, 300 euros y 1000 dólares” relata Nicolás Grunale, de la empresa, y se lo nota conmovido en su relato.
“Las chicas vaciaron toda la caja y debajo de todo el sobre se metió en una de las ala de la cajas y se le entregó junto a otras tantas, a José que todas las semanas pasa a buscar cajas cartón”. Nadie se dio cuenta que el dinero había llegado en la caja.
“Es un tipazo, es un crack, un maestro. Tiene una historia de vida increíble, con muchos sufrimientos, pero tiene grandes valores humanos y de honradez que no se encuentran todos los días” dijo Grunale. Tal es así que ni si quiera quería agarrar la compensación económica que la empresa le entregó.
“Sinceramente te mueve el piso, una enorme honestidad moral y que a pesar de tener necesidades nunca pensó en otra cosa que devolver el dinero. Hay más gente buena que mala, pero cuando prendés la tele ves todo lo malo, por eso queríamos que se conociera la historia de este vecino que es un orgullo”, indicó.
José Alberto Sala ahora no sólo será conocido por desafiar al viento con su bicicleta repleta de cartón, sino también por su honradez y valores de vida dignos de imitar. Esto le valió además, que la empresa Peugeot le comprara una moto para que su trajinar por la ciudad sea menos dificultoso, según le anunciaron hoy
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