El sastre de los presidentes de Estados Unidos se declaró en quiebra
La marca ha vestido al menos a 40 presidentes estadounidenses, incluyendo a Abraham Lincoln, quien llevaba un abrigo de Brooks Brothers cuando fue asesinado en 1865. Los trajes de dos botones de la compañía eran los favoritos del presidente John F. Kennedy.
La firma de moda Brooks Brothers, la marca de ropa más antigua de Estados Unidos aún en funcionamiento, se declaró este miércoles en bancarrota tras años de caída en sus ventas y golpeada por la crisis del coronavirus.
Fundada en 1818, la histórica compañía con sede en Nueva York solicitó protección por bancarrota ante un tribunal del estado de Delaware y se suma así a una larga lista de grandes minoristas que se han visto obligados a hacer lo mismo como consecuencia de la pandemia, entre otros los grandes almacenes J.C. Penney, la marca de ropa J.Crew o la empresa de alquiler de vehículos Hertz.
Según una fuente citada por The Wall Street Journal, Brooks Brothers planea usar el proceso de bancarrota para tratar de encontrar un comprador.
La firma fue adquirida en 2001 por el empresario italiano Claudio del Vecchio y ya atravesaba problemas desde hacía años, a medida que más y más hombres optaban por un vestuario más informal en su día a día.
Brooks Brothers ha vestido al menos a 40 presidentes estadounidenses a lo largo de la historia, incluido Abraham Lincoln, quien llevaba un abrigo de la marca cuando fue asesinado en 1865. Los trajes de dos botones de la compañía eran los favoritos del presidente John F. Kennedy.
Esta fue durante décadas una de las marcas favoritas de los banqueros de Wall Street y otros profesionales neoyorquinos y fue una de las pioneras en la venta de trajes ya fabricados, frente a los sastres que los hacían a medida. También aportó innovaciones importantes en la elaboración de camisas formales y otras prendas.
Sus ventas se han desplomado con la pandemia en los últimos meses, pues muchos de sus habituales clientes trabajan desde sus hogares y no necesitan vestir trajes.
Como resultado, además de pedir protección por bancarrota, la empresa ha decidido cerrar medio centenar de las alrededor de 250 tiendas que tenía en Estados Unidos, donde operan aproximadamente la mitad de establecimientos que tiene en todo el mundo.
La firma de moda Brooks Brothers, la marca de ropa más antigua de Estados Unidos aún en funcionamiento, se declaró este miércoles en bancarrota tras años de caída en sus ventas y golpeada por la crisis del coronavirus.
Fundada en 1818, la histórica compañía con sede en Nueva York solicitó protección por bancarrota ante un tribunal del estado de Delaware y se suma así a una larga lista de grandes minoristas que se han visto obligados a hacer lo mismo como consecuencia de la pandemia, entre otros los grandes almacenes J.C. Penney, la marca de ropa J.Crew o la empresa de alquiler de vehículos Hertz.
Según una fuente citada por The Wall Street Journal, Brooks Brothers planea usar el proceso de bancarrota para tratar de encontrar un comprador.
La firma fue adquirida en 2001 por el empresario italiano Claudio del Vecchio y ya atravesaba problemas desde hacía años, a medida que más y más hombres optaban por un vestuario más informal en su día a día.
Brooks Brothers ha vestido al menos a 40 presidentes estadounidenses a lo largo de la historia, incluido Abraham Lincoln, quien llevaba un abrigo de la marca cuando fue asesinado en 1865. Los trajes de dos botones de la compañía eran los favoritos del presidente John F. Kennedy.
Esta fue durante décadas una de las marcas favoritas de los banqueros de Wall Street y otros profesionales neoyorquinos y fue una de las pioneras en la venta de trajes ya fabricados, frente a los sastres que los hacían a medida. También aportó innovaciones importantes en la elaboración de camisas formales y otras prendas.
Sus ventas se han desplomado con la pandemia en los últimos meses, pues muchos de sus habituales clientes trabajan desde sus hogares y no necesitan vestir trajes.
Como resultado, además de pedir protección por bancarrota, la empresa ha decidido cerrar medio centenar de las alrededor de 250 tiendas que tenía en Estados Unidos, donde operan aproximadamente la mitad de establecimientos que tiene en todo el mundo.
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