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Argentina: Quedó embarazada de trigemelas


Los primeros días de 2020, mientras en Buenos Aires la sensación térmica escalaba los 35 grados, Vanina Catalá Ortmann (35) vestía campera y gorro de lana. Estaba de vacaciones en Europa junto a su pareja Leonel Chainski (35), donde recorrieron más de diez países antes de que la pandemia por el COVID-19 cerrara las fronteras del mundo entero.

El 28 de enero, mientras caminaban por las calles de Polonia, Vanina decidió pasar por una farmacia para comprar un test de embarazo. “Tenía un atraso de varios días, algo de náuseas y mucho sueño”, cuenta a Infobae, acerca de los primeros síntomas. Con el resultado positivo en la mano y varias “dudas de primeriza” se puso en contacto con su ginecóloga.

“Me recomendó que caminara poco y que no hiciera demasiado esfuerzo. Nosotros seguíamos de viaje, pero yo ya tenía ganas de volver a casa. Quería hacerme una ecografía porque estaba ansiosa”, repasa Vanina, como si hubiera intuido que las dos rayitas eran solamente la punta del ovillo.

Es más, si en ese momento hubiera estado protagonizando una película, la cámara habría hecho un plano detalle de la marca del test. “Baby Boom”, decía la caja. Un anticipo de lo que se venía. Pero ella y su novio recién lo sabrían quince días más tarde.

Fue el sábado 15 de febrero. Aterrizaron en Ezeiza de madrugada, dejaron las valijas en su casa y se trasladaron al Grupo Médico Progenie, donde los recibió la obstetra y especialista en diagnóstico prenatal, María Inés Visco (38). “Para esa altura, Vanina estaba transitando la semana nueve de su embarazo. Me dijo que se sentía muy pesada... Yo creo que algo intuía”, recuerda Visco en comunicación con Infobae.

Graduada en la Universidad de Buenos Aires y con una especialización en la Universidad Austral, Visco lleva años haciendo ecografías. Sin embargo, el embarazo de Vanina marcó un antes y después en su carrera. Según pudo reconstruir este medio, ese momento clave, fue más o menos así.

Visco insertó el transductor con cuidado, lo movió y luego fijó la vista en el monitor. “Ah, no lo puedo creer”, dijo. Vanina miró la pantalla y luego volvió a mirar a la ecografista. “¿Qué pasó?”, le preguntó. “Es un embarazo trigemelar”, le contestó.

Para Vanina la noticia fue un baldazo de agua fría. “Me tapé la cara y me puse a llorar. Casi me muero: fui por uno solo y al final eran tres”, recuerda. Mientras intentaba tranquilizarla, María Inés Visco le preguntó si había ido acompañada y salió a buscar a Leonel, que había decidió esperar afuera “para no invadir”, ya que no se trataba de una ecografía tradicional, sino de una trasvaginal.

“La doctora sale del consultorio y escucho que dice mi nombre en voz alta. Cuando entro, la veo a Vani recostada en la camilla llorando desconsoladamente. Tenía toda la cara roja”, dice Leo que, para esa altura, no entendía nada. “¿Se lo decís vos o se lo digo yo?”, preguntó la ecografista en voz alta. “Decíselo vos”, contestó Vanina con un hilo de voz. “Ahí me enteré que era un embarazo múltiple”, repasa Leo que, a diferencia de su novia, recibió la noticia con mucha alegría. “La abracé y le dije que se quedara tranquila”, dice él.

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