La ANMAT prohíbe antibacteriales en jabones
La ANMAT emitió hoy una resolución en la que prohíbe el uso de sustancias antibacteriales en productos de aseo personal, “como jabones líquidos, jabones en barra, espumas, geles y todo otro producto de aplicación tanto en manos como en cuerpo, diseñados para usarse con agua y enjuague posterior”.
La disposición 13832/2016 prohíbe el uso de ocho sustancias en este tipo de productos y limita la concentración máxima autorizada de triclosán, utilizado normalmente en dentífricos, enjuagues bucales, desodorantes, polvos faciales, cremas correctoras y productos para limpieza de uñas.
En dicha resolución, la ANMAT advierte que “recientemente la FDA ha emitido una monografía definitiva que prohíbe la comercialización de productos antisépticos de venta libre para el lavado de manos y cuerpo que se enjuagan con agua”, también agrega que dicha medida se basó “en datos científicos que indican que la exposición a largo plazo a ciertos ingredientes activos usados en los productos antibacteriales podría presentar riesgos para la salud como la generación de resistencia a antimicrobianos y efectos hormonales”.
Además, dichos productos están “dirigidos a individuos generalmente sanos en los cuales el riesgo de infección y el alcance de su propagación es relativamente bajo en comparación con el ámbito de la atención de la salud, en el que los pacientes son generalmente más susceptibles a las infecciones y el potencial de propagación de estas es mayor”.
En el documento de la FDA también se establece que "no existen estudios clínicos que avalen una eficacia superior por parte de estos productos frente a los jabones no antibacteriales en la prevención de enfermedades o en la reducción del riesgo de infecciones cuando son utilizados en el ámbito del hogar y en lugares públicos". Este, precisamente, es el caballito de batalla publicitario que suelen utilizar las empresas que comercializan este tipo de productos.
Patricia Angelelli, coordinadora de la comisión nacional de resistencia antimicrobiana del Ministerio de Salud, explicó a Clarín que esta resolución de la ANMAT “va en línea con el trabajo que venimos haciendo en pos del uso racional de antimicrobianos, porque esto está vinculado a la resistencia bacteriana y con el uso correcto de los antibióticos”.
“Claramente nos vamos a quedar sin antibióticos, esto es una problemática mundial y nosotros no estamos exentos de eso. Las bacterias son sumamente inteligentes y se hacen resistentes, por lo que estamos trabajando para un control y buen uso de los antimicrobianos, tanto en esto de los jabones, que es sólo una parte, como también en otras áreas como la de la alimentación o la agroindustria ”.
Por su parte, Lautaro de Vedia, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Infectología, explicó que la resistencia antimicrobiana “tiene muchos factores, y esta recomendación de la FDA surgió porque esos productos no lograron demostrar ser mejores que un lavado de manos con un jabón normal”. Sin embargo, dijo que lo importante es “no alarmar, no es que estos productos sean peligrosos, si no que no demostraron ser mejores”. Y añadió que ante la posibilidad de generar resistencia antimicrobiana, es que se decide retirarlos, debido a que “la resistencia a los antibióticos es el gran cuco de nuestro tiempo”.
La medida dispuesta por la ANMAT otorga 24 meses a la industria para adaptarse. Y las sustancias prohibidas en ciertos productos antibacteriales cosméticos son: cloflucarban, fluorosalan, hexylresorcinol, amiltricresoles secundarios, cloruro de metilbencetonio, oxicloroseno de sodio, triclocarban y triclosan.
En esta última sustancia (triclosán) su uso para productos como dentífricos, enjuagues bucales, desodorantes, cremas y otros productos cosméticos, se limitó la concentración máxima autorizada. Y su uso quedó prohibido en aerosoles y demás productos que no sean los explícitamente autorizados. Una vez cumplidos los dos años que tiene la industria para adaptarse, la ANMAT advierte que "no podrán introducirse en el mercado productos que no cumplan de manera integral con la presente normativa".
La disposición 13832/2016 prohíbe el uso de ocho sustancias en este tipo de productos y limita la concentración máxima autorizada de triclosán, utilizado normalmente en dentífricos, enjuagues bucales, desodorantes, polvos faciales, cremas correctoras y productos para limpieza de uñas.
En dicha resolución, la ANMAT advierte que “recientemente la FDA ha emitido una monografía definitiva que prohíbe la comercialización de productos antisépticos de venta libre para el lavado de manos y cuerpo que se enjuagan con agua”, también agrega que dicha medida se basó “en datos científicos que indican que la exposición a largo plazo a ciertos ingredientes activos usados en los productos antibacteriales podría presentar riesgos para la salud como la generación de resistencia a antimicrobianos y efectos hormonales”.
Además, dichos productos están “dirigidos a individuos generalmente sanos en los cuales el riesgo de infección y el alcance de su propagación es relativamente bajo en comparación con el ámbito de la atención de la salud, en el que los pacientes son generalmente más susceptibles a las infecciones y el potencial de propagación de estas es mayor”.
En el documento de la FDA también se establece que "no existen estudios clínicos que avalen una eficacia superior por parte de estos productos frente a los jabones no antibacteriales en la prevención de enfermedades o en la reducción del riesgo de infecciones cuando son utilizados en el ámbito del hogar y en lugares públicos". Este, precisamente, es el caballito de batalla publicitario que suelen utilizar las empresas que comercializan este tipo de productos.
Patricia Angelelli, coordinadora de la comisión nacional de resistencia antimicrobiana del Ministerio de Salud, explicó a Clarín que esta resolución de la ANMAT “va en línea con el trabajo que venimos haciendo en pos del uso racional de antimicrobianos, porque esto está vinculado a la resistencia bacteriana y con el uso correcto de los antibióticos”.
“Claramente nos vamos a quedar sin antibióticos, esto es una problemática mundial y nosotros no estamos exentos de eso. Las bacterias son sumamente inteligentes y se hacen resistentes, por lo que estamos trabajando para un control y buen uso de los antimicrobianos, tanto en esto de los jabones, que es sólo una parte, como también en otras áreas como la de la alimentación o la agroindustria ”.
Por su parte, Lautaro de Vedia, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Infectología, explicó que la resistencia antimicrobiana “tiene muchos factores, y esta recomendación de la FDA surgió porque esos productos no lograron demostrar ser mejores que un lavado de manos con un jabón normal”. Sin embargo, dijo que lo importante es “no alarmar, no es que estos productos sean peligrosos, si no que no demostraron ser mejores”. Y añadió que ante la posibilidad de generar resistencia antimicrobiana, es que se decide retirarlos, debido a que “la resistencia a los antibióticos es el gran cuco de nuestro tiempo”.
La medida dispuesta por la ANMAT otorga 24 meses a la industria para adaptarse. Y las sustancias prohibidas en ciertos productos antibacteriales cosméticos son: cloflucarban, fluorosalan, hexylresorcinol, amiltricresoles secundarios, cloruro de metilbencetonio, oxicloroseno de sodio, triclocarban y triclosan.
En esta última sustancia (triclosán) su uso para productos como dentífricos, enjuagues bucales, desodorantes, cremas y otros productos cosméticos, se limitó la concentración máxima autorizada. Y su uso quedó prohibido en aerosoles y demás productos que no sean los explícitamente autorizados. Una vez cumplidos los dos años que tiene la industria para adaptarse, la ANMAT advierte que "no podrán introducirse en el mercado productos que no cumplan de manera integral con la presente normativa".
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